Daenerys no nació para ser reina. Era la tercera hija, la hermana menor del heredero al trono. Con dos hermanos y dos sobrinos delante en la línea de sucesión sus posibilidades de llegar al Trono de Hierro eran prácticamente nulas. Sin embargo, la vida da muchas vueltas y de la escabechina que montaron los Lannister con su familia en Desembarco del Rey tan solo ella y su hermano mayor Viserys consiguieron salvarse. Daenerys y su hermano están exiliados al otro lado del Mar Angosto, en Pentos. Ella, tan solo sueña con la casa de la Puerta Roja en Braavos, el único lugar que ha sido su hogar. No tiene tierra y la única familia que le queda es un hermano egoísta y medio loco que dejaría que un ejercito la violara y si con ello consiguiera reconquistar su reino. Daeneys realmente no quiere ser reina, quiere una casa, un hogar, una familia, alguien que la quiera de verdad. No quiere volver a sentirse utilizada y odia con toda su alma que unos seres humanos usen a otros como si fueran objetos.
Toda la cabeza y toda la grandeza que le falta a Viserys le sobra a Daenerys. Dany tiene 12 años cuando comienza la Canción de Hielo y Fuego y ha sido uno de los personajes que se han visto afectados por el aumento de edad en Juego de Tronos, algo lógico si tenemos en cuenta que su protagonismo es notable y sus escenas de sexo también. Viserys la vende, animado por un comerciante, Ilyiro Mophatis, como esposa a Khal Drogo, el flamante señor de los dothakis que jamás ha perdido una batalla. A cambio, espera conseguir que los 10.000 jinetes de Drogo se le unan en su marcha hacia Poniente, hacia la reconquista del Trono de Hierro pero las exigencias del Targaryen acaban aburriendo al khal que lo corona con oro fundido. Así conoce su final y Dany conoce el principio de su grandeza. La que se descubre como una auténtica reina. De buen corazón quiere volver a Poniente para recuperar el trono que por derecho, corresponde a su familia, pero cuando parece que todo va bien: su hermano ha muerto y su marido decide cruzar el mar este muere a manos de la bruja Mirri Maz Duur.
Con el kalashar destrozado: sin apenas jinetes, con unos pocos esclavos y su inseparable Ser Jorah Daenerys se encuentra sola y desesperada y decide probar la magia ella misma. La jugada no le sale nada mal y consigue eclosionar los tres huevos de dragón que le regaló el magíster Ilyrio el día de su boda. En este momento los paralelismos con Aegon, el Conquistador son evidentes. De hecho, Tyrion llega a definirla como 'Aegon con tetas' pero al contrario que el rey que unificó Poniente a ella le faltan dos jinetes para poder montar los tres dragones. Daenerys bautizo a 'sus hijos' con los nombres de sus hermanos y su marido muertos: Rhaegal, Viserion y Drogon.
La verdad es que el personaje de Daenerys junto con el de Jon son los más misteriosamente importantes de la saga, o eso parece. La multitud de profecías que se ciernen sobre ella y a la que parecen referirse, su función como Madre de los Dragones y su labor como libertadora hacen de esta niña-reina el personaje femenino más querido de la Canción de Hielo y Fuego. Las profecías más conocidas sobre Daenerys de la Tormenta, la Madre de los Dragones son las de la Casa de los Eternos*.
*Sin entrar ni salir de las múltiples interpretaciones que circulan en blogs, foros y redes sociales sobre las distintas visiones sobre hechos pasados o futuros (algunas están muy claras), paso a enumerarlas:
1.- "En una habitación había una mujer muy hermosa, desnuda, tendida en el suelo, con cuatro hombrecillos que reptaban sobre ella. Todos tenían rostros ratoniles afilados y manos diminutas y rosadas, como el sirviente que le había llevado la copa de color. Uno de ellos embestía entre los muslos de la mujer. Otro le atacaba los pechos con fiereza, le mordía el pezón con la boca húmeda y roja, le arrancaba jirones de carne y los masticaba."
2.- "...se tropezó con un festín de cadáveres. Los comensales, asesinados de las maneras más despiadadas, yacían tirados sobre las sillas volcadas y las mesas destrozadas, en medio de charcos de sangre coagulada. A algunos les faltaban miembros; a otros, la cabeza. Las manos cortadas agarraban copas ensangrentadas, cucharas de madera, trozos de ave asada o pedazos de pan. En un trono elevado había un hombre muerto con cabeza de lobo. Llevaba una corona de hierro y tenía en la mano una pierna de cordero, como si fuera el cetro de un rey."
3.- "Recordaba las grandes vigas de madera y las tallas en forma de cabezas de animales que las adornaban. ¡Y, al otro lado de la ventana, un limonero! Sólo con ver aquello se le encogió el corazón de añoranza. «Es la casa de la puerta roja, la casa de Braavos.» Nada más pensarlo, el anciano Ser Willem entró en la estancia, apoyándose en el bastón."
4.- Por último aparecieron a su izquierda un par de puertas de bronce, mucho más grandes que todas las demás. Se abrieron cuando ella se acercó, y tuvo que detenerse para ver qué había más allá. Era una gigantesca sala de piedra, la más descomunal que había visto jamás. De los muros pendían los cráneos de dragones muertos, que parecían mirarla. En un trono elevado con púas se sentaba un anciano vestido con ropas opulentas, un anciano de ojos oscuros y cabello largo plateado.
—Que sea rey de huesos calcinados y carne chamuscada —dijo un hombre situado más abajo—. Que sea rey de las cenizas.
Drogon chilló y clavó las garras en la seda y en la piel, pero el rey sentado en el trono no lo oyó, y Dany avanzó.
«Viserys», fue lo primero que pensó cuando volvió a detenerse, pero al mirarlo con más atención cambió de idea. Aquel hombre tenía el mismo cabello que su hermano, pero era más alto, y sus ojos eran color índigo oscuro, no liliáceos.
—Aegon —dijo el hombre del trono a una mujer que amamantaba a un recién nacido en una gran cama de madera
—. ¿Qué mejor nombre para un rey?
—¿Compondrás una canción para él? —preguntó la mujer.
—Ya tiene una canción —replicó el hombre—. Es el príncipe que nos fue prometido, suya es la canción de hielo y fuego. —Al decir aquello alzó la vista, sus ojos se encontraron con los de Dany, y fue como si la viera al otro lado de la puerta.
—. Tiene que haber uno más —dijo, aunque no sabía si hablaba con ella o con la mujer de la cama—. El dragón tiene tres cabezas.
Se dirigió hacia el asiento empotrado bajo la ventana, cogió un arpa y acarició las cuerdas plateadas. Una dulce tristeza impregnó la habitación cuando el hombre, la mujer y el bebé se desvanecieron como la neblina en la mañana, y sólo quedó la música para espolearla en su camino.
—... madre de dragones... hija de tres... —¿De tres? —No comprendía nada. —... tres cabezas tiene el dragón... —El coro fantasmal retumbaba en su cabeza, pero los labios no se movían, no había aliento que agitara el aire quieto y azul—. ...madre de dragones... hija de la tormenta... tres fuegos debes encender... uno por la vida, otro por la muerte, otro por amor... —Los susurros se convertían en una canción que se arremolinaba en su mente. El corazón le latía al unísono con el que flotaba ante ella, azul y podrido—. Tres monturas debes cabalgar... una hacia el lecho, otra hacia el terror y otra hacia el amor... —Las voces eran cada vez más altas, y Dany se dio cuenta de que el corazón le palpitaba más despacio, que su respiración era cada vez más lenta—. Tres traiciones conocerás... una por sangre, otra por oro y otra por amor...
a) Viserys gritó cuando el oro fundido le corrió por las mejillas y le llenó la boca. Un señor alto de piel cobriza y cabellera como oro blanco cabalgaba bajo el estandarte de un semental fiero, mientras a su espalda se veía una ciudad en llamas. Los rubíes brotaban como gotas de sangre del pecho de un príncipe moribundo que caía de rodillas en el agua, y murmuraba con su último aliento el nombre de una mujer.
b) Una espada roja brillaba como el ocaso en la mano de un rey de ojos azules que no proyectaba sombra alguna. Un dragón de tela se mecía entre dos pértigas mientras la multitud aplaudía. De una torre humeante, una gran bestia de piedra emprendía el vuelo, echando fuego sombrío por la boca...
c) Su plata trotaba por la hierba hacia un arroyo oscuro, bajo un mar de estrellas. En la proa de un barco se alzaba un cadáver, con ojos brillantes en el rostro muerto y una sonrisa triste en los labios grises. Una flor azul crecía en una grieta de un muro de hielo, e impregnaba el aire de un olor dulce...
d) Las sombras giraban y danzaban en el interior de una tienda, impalpables y terribles. Una niñita corría descalza hacia una casa grande con la puerta roja. Mirri Maz Duur aullaba entre las llamas, mientras le surgía un dragón de la
cabeza. Un caballo plateado arrastraba el cadáver ensangrentado de un hombre desnudo. Un león blanco corría por un campo de hierba más alta que una persona. Al pie de la Madre de las Montañas, una fila de ancianas desnudas subía de un gran lago y se arrodillaba ante ella, todas estremecidas, inclinando las cabezas canosas. Diez mil esclavos alzaban las manos manchadas de sangre mientras ella cabalgaba como el viento entre ellos a lomos de su plata.
—¡Madre! —gritaban—, ¡madre, madre! —Le tiraban de la capa, del dobladillo de la falda, del pie, de la pierna, del pecho... La querían, la necesitaban, el fuego, la vida, y Dany buscaba el aliento y abría los brazos para entregarse a ellos.
A pesar de la cantidad de profecías que pesan sobre ella y aunque les da vueltas, tampoco suponen una obsesión. Una vez nacidos sus dragones se adentra en el Desierto hasta que llega a Qarth al borde de la muerte. Hambrientos y deshidratados pierda prácticamente a todo su kalasshar. Allí conoce a Xaro Xoan Daxos, un comerciante que quiere casarse con ella pero al que ella rechaza. Decide continuar su marcha hacia el oeste y de Qarth viaja hasta la bahía de los esclavos donde se agranda su leyenda.
Si no fuera bastante el haber eclosionado tres huevos de dragón Daenerys se erige en libertadora de esclavos. En Astapor, primera ciudad que visita para hacerse con un ejército, conoce a los Inmaculados, unos militares eunucos, entrenados desde niños para matar. El calvario por el que les hacen pasar para convertirse en lo que son trastorna hasta tal punto a Dany que churrusca con sus dragones a los Grandes Amos, los esclavistas más poderosos de la ciudad. A partir de ahí se inicia una guerra entre esclavistas y libertos que Dany lleva allá donde va. Astarpor, Yunkai, Mereen, son las ciudades más importantes implicadas pero Volantis, la ciudad con más esclavos por metro cuadrado se une pronto a la causa amen de otras ciudades (descendientes del antiguo Imperio Ghis) y compañías de mercenarios que cambian de bando como de calzoncillos.
En Mereen, donde decide asentarse como reina después de conquistar la ciudad, los asesinatos de libertos suceden cada noche para recordar a Daenerys que está en peligro. Su mayor afán es proteger a 'sus hijos' una vez liberados y decide casarse con un noble de la ciudad Hizaq no Loraq para conseguirlo. Su Corte sospecha que Loraq es, por lo menos, uno de los cabecillas de Los Hijos de la Arpía, el grupo contrario a la política de la reina de plata de liberar esclavos. Daenerys debe pagar por cargarse de un plumazo toda la economía de la Bahía de los Esclavos y es que a persar de sus buenas intenciones la libertad no es tan buena como ella se imagina.
El 'nudo de Mereen, como lo denominó el propio George R. R. Martin ha sido largamente discutido en foros y es que el jardín en el que se ha metido la reina de plata no tiene fácil solución. De momento, la aparición de Drogon, que había escapado de su confinamiento en las mazmorras, el día en que se vuelven a abrir las arenas de combate y su huída con Danerys pone un punto y seguido a esta trama. Ahora Dany deberá volver por sus otros dos dragones y a poner los puntos sobre las íes de una vez. Probablemente con un nuevo kalasshar guardándole la espalda.